Gobernador y alcalde son indolentes ante la falta de agua en Vargas

Vargas, 12 de diciembre de 2022.- Para el presidente de la Fundación Construyen País, Richard Casanova, tanto el gobernador como el alcalde de Vargas, demuestran su total indolencia ante la falta de agua en la entidad.

Tras hacer un recorrido por la región ubicada en la zona norte–costera del país, Casanova señaló que no se explica cómo, siendo Vargas un estado con un inmenso potencial turístico y de desarrollo económico, nadie se apreste a atender la dramática situación en la que se encuentra el servicio de acueducto.

“Aquí hay sectores que tienen años sin recibir agua. Pero en general, todo el estado sufre de una seria escasez que el gobierno está obligado a resolver”, puntualizó.

Casanova se reunió con representantes de diversas organizaciones políticas y sociales que hacen vida en la entidad, a quienes impartió el taller municipal sobre Organización y Gestión Comunitaria de los Servicios Públicos, que adelantan la Fundación y el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) como parte del Proyecto de Promoción de la Organización Comunitaria para Mejores Servicios Públicos (PROCO+SP).

Problema crónico

En este sentido, el también arquitecto de profesión, hizo un llamado a las autoridades regionales y locales para que aborden, con la urgencia que el caso amerita, este problema que es crónico desde el año 1999, cuando ocurrió el deslave y se llevó por delante toda la infraestructura de acueductos en Vargas.

Incluso las plantas desalinizadoras que se compraron para procesar el agua de mar, fueron abandonadas “y hoy se las devora el salitre, mientras la población padece inmensas carencias del servicio de acueducto”, dijo, al tiempo de recordar la demagogia y el populismo que se hizo con la instalación de esas dos plantas.

Y todo el liderazgo político y social de la región costera, coincide en el hecho de que el principal problema que aqueja a los guaireños es la falta de agua, seguida del suministro eléctrico, el aseo urbano y el gas doméstico.

Impacto negativo

La ausencia de agua genera un impacto negativo, no solo en la calidad de vida de la población, sino también en la economía regional. Es imposible que Vargas se desarrolle como estado turístico si las autoridades no son capaces de suministrar dos de los servicios elementales: agua y electricidad.

“Es lamentable que teniendo tanto la gobernación como la alcaldía el mismo ámbito de acción, ninguna de las dos entidades asuma el problema del agua como una prioridad. Al contrario, ambos funcionarios tienen una actitud indolente frente al sufrimiento de la población, al no acometer las acciones requeridas para garantizar un abastecimiento seguro de agua”, enfatizó.

Sobre las plantas desalinizadoras, Casanova dijo que “estamos frente a una inmensa chatarra, por la que nadie se responsabiliza. La opacidad con que se administran los recursos, impide saber el daño ocasionado al patrimonio público”.

Sin agua no hay desarrollo posible

En los últimos meses, Nicolás Maduro ha dicho en algunas alocuciones, que convertirá a Vargas en centro de turismo. Y asegura que la entidad está mejor que Miami (Estados Unidos). Aunque parece ignorar que extensos sectores llevan tres meses sin servicio de agua potable.

Además, el puerto de La Guaira recientemente fue incluido, tras la aprobación de la Ley de Zonas Económicas Especiales, entre las cinco zonas especiales con las que el gobierno espera captar capital de inversión. Sin servicios básicos no será posible.

Las autoridades lo único que han hecho es mejorar las fachadas de las viviendas del casco histórico, “por donde pasa la reina”, pero sin atender los problemas de fondo. Cabe recordar que el Sistema Tuy se encarga de suministrar agua para los estados Vargas, Miranda y Distrito Capital.

En la parroquia Carlos Soublette, por ejemplo, el agua llega una o dos veces por semana, pero no por tuberías sino por camiones cisternas. Sus habitantes deben pagar entre 20 y 30 dólares a los cisterneros privados cuando los de los entes gubernamentales fallan. Y no todas las familias pueden pagar para obtener un servicio que, en teoría, debería llegar por tubería los siete días de la semana, los 365 días del año.

NOTA DE PRENSA FUNDACIÓN CONSTRUYEN PAÍS

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